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Idan Cabello,Ingeniero de Higiene y Seguridad IndustrialMaestría en Gestión de Riesgos en Francia
La “Ronda de Prisioneros” fue pintada cuando Van Gogh estaba internado voluntariamente en un hospital psiquiátrico de Saint-Rémy. No es tan famosa como “La noche estrellada” o “El dormitorio de Arlés”, pero esta pintura esconde una potente historia.
Esta escena tiene lugar en la prisión, en el llamado pozo de las serpientes donde los reclusos caminan en círculos en una espiral rutinaria, obsesiva y sin salida. Sin embargo, en el primer plano hay un pelirrojo en primer plano que sobresale de la masa anónima de prisioneros. ¿Te percataste?, da la impresión de estar mirándote.
Míralo con atención: hay conciencia en su mirada. A diferencia de todos los demás que parecen objetos o seres en “piloto automático” dando vueltas en círculos porque sus carceleros indican que lo hagan así, este prisionero tiene una chispa de rebeldía. Según algunos expertos en el tema, este prisionero sería Van Gogh.
Excluido en una sociedad que lo veía como un extraño, Van Gogh te cuenta su historia a través de este cuadro: la historia de un hombre incomprendido en una sociedad que como decía Marco Aurelio Denegri, mayoritariamente desprecia la inteligencia y el talento.
Hay también otro detalle: dos pequeñas mariposas en lo alto de la pared de la prisión. Han extendido las alas y parecen huir de toda la monotonía y mediocridad. Estas mariposas representaban la esperanza para Van Gogh. ð‘°ð’ð’…ð’†ð’‘ð’†ð’ð’…ð’†ð’ð’„ð’† ð‘ªð’‰ð’‚ð’ð’ˆð’†ð’” ð‘¬ð’—ð’†ð’“ð’šð’•ð’‰ð’Šð’ð’ˆ
“No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”, es una frase atribuida a Séneca. En este cuadro Van Gogh te dice lo mismo, es el único prisionero capaz de ansiar con esperanza una oportunidad.
Algunas veces el mundo laboral puede asemejarse a una ronda (no diré una “ronda de serpientes”, pues ciertamente he sido muy afortunado en cada empresa donde he trabajado).
Conozco personalmente líderes que arriesgaron y brindaron una oportunidad a un “desconocido”, alguien con quién nunca habían compartido en un empleo anterior, ni mucho menos la universidad o el colegio, incluso de otro idioma, condición socioeconómica y especialidad. Personas que pueden estar muy arriba en la jerarquía, pero no por eso y a pesar del tiempo pasado, dejan de ser cercanos.
Ese es la gran lección que me enseñan grandes líderes que me abrieron las puertas en Glencore (Juan Montoya - https://acortar.link/J0twu3), Louis Vuitton (J.D.) y Lockton (E.F).
Imagen de Portada: https://acortar.link/Xkk3Pa